A pesar de que sigue siendo notoria la brecha en el segmento del motociclismo entre las mujeres y los hombres, cada vez son más las interesadas en tomar las calles y mostrar una mayor participación en esta actividad.
Aunque las cifras comparativas con los hombres siguen siendo inferiores, existe una medición que ayuda a observar este dinamismo en un segmento que erróneamente se pensaba exclusivo. Tan solo en la Ciudad de México, la Secretaría de Movilidad estima que existen más de 82 mil personas usuarias para viajes en motocicleta, de los cuales el 81.1% son hombres y el 18.9% mujeres.
Según datos de su Programa Integral de Movilidad de la Ciudad de México 2020-2024 la SEMOVI también señala que la edad promedio de la población usuaria es de 33 años, en donde el grupo más representativo es el de 25 a 34 años con el 30.6%, seguido de los grupos entre 35 a 44 y 15 a 24 años con el 23.9% y el 18.8% respectivamente.
Las razones por las que cada día son más las mujeres que deciden usar la motocicleta como medio de transporte pueden resultar variadas: necesidad, vencer miedos, empoderamiento, diversión o mayor seguridad que el que ofrecen los medios de transporte tradicionales, son algunas de ellas.
En este último tema, llama la atención lo que detallan la SEMOVI y el Banco Mundial, en el documento Género y Movilidad en la Ciudad de México. Avances, retos y recomendaciones donde se señala que entre el 60% y 96% de las mujeres declaran haber sufrido acoso sexual en vehículos de transporte público o en espacios públicos relacionados con el transporte en la Ciudad de México. Esto conlleva a importantes efectos negativos y es una de las principales limitantes para su movilidad.
Por ejemplo, un estudio de ONUMujeres y EPADEQ citado en el reporte, indicó que las mujeres modifican su comportamiento a través de diversos métodos para reducir su inseguridad, en el caso de sectores de mayores recursos, se traduce también en una temprana adquisición de alguna alternativa de transporte.
Este dinamismo en el segmento de motociclistas ha detonado toda una industria que va desde la compra de motos hasta refacciones, accesorios, entre otros elementos, para alimentar un parque que el INEGI calcula cercano a 6.8 millones de motocicletas circulando en las calles del país. A su vez, ha dado pie a impulsar las compras de artículos para su mantención y reparación en diversos canales, entre ellos las plataformas digitales.
Tan solo el año pasado, según datos de una encuesta elaborada por eBay, se registraron compras en promedio de 4 artículos para motocicleta en sitios digitales, mientras que los compradores (shoppers) de productos para automóviles registraron 5 adquisiciones.
Ellas están abonando a este incremento, están tomando el control de las calles y al mismo tiempo derribando creencias y estigmas sociales.